A toda paleta en Alaquàs
Cerca de 150 operarios trabajan a marchas forzadas para cambiar el pavimiento que causaba caídas de ancianos de la población.
No hay fines de semana ni festivos. En la avenida Blasco Ibáñez de Alaquàs, un ejército de entre 100 y 150 personas trabaja a marchas forzadas, desde hace diez días, para acabar a tiempo la operación de relleno del pavimento con un cemento especial, que evite las caídas y el peligro que denuncian los vecinos. Los más perjudicados eran las personas de la tercera edad. Los azulejos utilizados sobresalían unos centímetros del suelo, los suficientes para que los más ancianos tropezaran y cayeran al suelo. La indignación llegó hasta el punto de una recogida de firmas para que el ayuntamiento procediera urgentemente a cambiar el piso.
Los operarios están distribuidos en varias collas que se encargan de cubrir la huella de cada baldosa, rellenar la pieza con el cemento, pulverizar una cobertura antideslizante, barrer la superficie y aplicar un material de acabado, respectivamente. Todo el trabajo se realizar manualmente para no dañar las fachadas con salpicaduras de máquinas que proyectan el cemento y por tramos para no cerrar el paso a los residentes. Estos condicionantes y el hecho de que hay que cubrir 8.000 metros cuadrados de pavimento a lo largo de un kilómetro de recorrido han motivado que la empresa que ha realizado la reforma de la avenida haya tenido que destinar hasta 150 trabajadores. Los operarios comienzan con los primeros rayos de sol y algunos días acaban a las 20 horas. Junto a ellos, un dispositivo especial de policía local controla el vallado de seguridad, el paso de peatones y la circulación.
Según el alcalde Jorge Alarte, la fecha tope para acabar el trabajo es este domingo, dado que el consistorio necesita una semana, antes de la inauguración, para instalar el mobiliario urbano, probar el funcionamiento de los contenedores y realizar remates.
Publicat al Levate-EMV, 7 desembre 2006
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